Dicen por ahí que el estrés y la ansiedad son las enfermedades de moda, pues antes estos padecimientos se asociaban solo con algunas personas y por motivos extraordinarios, e incluso estaban asociados a una mala salud mental y eran estigmatizados. 

Si lo pensamos con detenimiento, tiene bastante sentido que tanto la ansiedad como el estrés estén cada vez más presentes en nuestra vida, y eso es por todos esos hábitos adquiridos y creencias limitantes que nos han hecho pensar que el éxito, la abundancia y el bienestar están ligados a trabajar sin parar, a conseguir lo que creemos que nos hace falta, aunque sea costa de nuestra salud.

Como sociedad, nos hemos consumido tanto con el futuro y el pasado que a menudo nos olvidamos de vivir el momento. Estamos constantemente preocupados por lo que va a pasar mañana, o por lo que pasó ayer. 

Estamos tan ocupados tratando de planificar nuestro futuro que ni siquiera nos detenemos a apreciar dónde estamos ahora mismo. 

Éste es un ejercicio de consciencia básico, que, aunque parece inútil, es mucho más importante de lo que pensamos, pues no solo nos libera de la ansiedad, sino que nos hace ser más agradecidos, disfrutar más de nuestro presente y estar más cerca de la felicidad que tanto ansiamos.

La importancia de vivir con atención y la conciencia plena

Vivir el momento presente es una práctica que nos ayuda a ser más conscientes del mundo que nos rodea y a conectar con nosotros mismos y con los demás a un nivel más profundo.

Nuestra mente está constantemente bombardeada con pensamientos que ni siquiera nos damos cuenta de que tenemos: qué vamos a cenar esta noche, por qué no nos invitaron a una fiesta el fin de semana pasado, cómo podemos hacer que esta presentación sea perfecta. Estos pensamientos pueden ser abrumadores y pueden impedirnos vivir el momento presente.

A menudo nos preocupamos por cosas que aún no han sucedido o nos detenemos en acontecimientos pasados que ya han ocurrido. Esto provoca estrés y ansiedad, que pueden afectar a nuestro estado de ánimo, nuestras relaciones, nuestra salud y nuestra felicidad en general.

Cuando seas capaz de permanecer en el momento presente sin juzgarte ni sentirte ansioso por el futuro o el pasado, te sentirás más feliz y relajado. También tendrás más energía disponible para las cosas que realmente quieres hacer.

Es importante vivir en el aquí y ahora.

Cuando vivimos con plena atención y conciencia, somos capaces de experimentar la vida plenamente. Podemos darnos cuenta de lo que ocurre a nuestro alrededor y sentir nuestras emociones a medida que surgen. Esto nos ayuda a estar más presentes y conectados con las personas de nuestra vida. También nos ayuda a ser más eficaces en el trabajo, ya que podemos concentrarnos mejor en la tarea que tenemos entre manos.

Cómo crear hábitos para vivir plenamente en el aquí y el ahora

El primer paso es reconocer el problema: la falta de tiempo y vivir constantemente preocupado por el futuro.

A continuación, puedes empezar a ser consciente de pequeñas cosas. Por ejemplo, si mañana te espera un día estresante, intenta practicar hoy la alimentación consciente. Concéntrate en cada bocado que te lleves a la boca. Fíjate en los sabores y las texturas de la comida y en cómo afectan a tu boca. Sé consciente de cualquier pensamiento que surja mientras comes y déjalo pasar sin juzgarlo ni analizarlo: Simplemente obsérvalos con curiosidad mientras pasan.

La atención plena es una práctica sencilla que cualquiera puede realizar en cualquier lugar. No importa si estás en casa, en el trabajo o en la tienda, puedes ser consciente en cualquier lugar.

Tanto si tienes cinco minutos como una hora, la atención plena consiste en estar en el momento y centrarse en lo que está sucediendo ahora mismo. Cuando estamos en el momento, no nos preocupamos por lo que pasó en el pasado ni nos estresamos por lo que pueda pasar en el futuro. Simplemente estamos presentes con lo que ocurre a nuestro alrededor.

He aquí algunas cosas sencillas que puedes hacer cada día para practicar la atención plena:

– Respirar profundamente antes de empezar el día. Intenta ser consciente de tu respiración: cómo entra por tu nariz, por dónde pasa, y luego como sale y así sucesivamente.

– Siéntate en silencio durante unos minutos al levantarte o antes de acostarte (o ambas cosas).

Escucha música sin ninguna otra distracción y apaga las notificaciones del móvil o tus dispositivos electrónicos.

– Sé consciente de tu actividad física. Si sales a caminar, a correr o practicas algún deporte o ejercicio por las mañanas, procura hacerlo de manera consciente. Presta atención a tu respiración, a los latidos de tu corazón; nota cómo cambian mientras realizas un esfuerzo.

– Disfruta de un buen baño, no tienes que pasar horas en la ducha en la bañera, se trata de disfrutar la temperatura del agua, las texturas, los olores. Son espacios que puedes regalarte para ser consciente de todo tu cuerpo.

– Disfruta de tus alimentos. Seguramente muchas veces corres cuando comes porque tienes mucho qué hacer. La hora de comer es un gran momento para estar en el aquí y el ahora porque aplicas todos tus sentidos en disfrutar desde cómo se ven tus alimentos hasta cómo pasan por el resto de tu cuerpo cuando los ingieres.

– Presta atención a tu alrededor durante tus trayectos. Deja de mirar un poco el móvil y ya sea que vayas en coche, caminando o en autobús, mira a tu alrededor, esto te ayudará a ser consciente de tu espacio vital y de lo que ocurre. 

Vivir en el presente 

Practicar la atención plena nos ayuda a vivir el momento presente en lugar de preocuparnos por cómo vamos a hacer todo en el futuro, o por lo que pasó ayer o la semana pasada o el año pasado (o lo que sea). No siempre es fácil, pero con la práctica resulta más sencillo.