¿Te habías parado a pensar cómo afecta el desorden a las parejas y que tener una casa ordenada puede beneficiar considerablemente tu vida en pareja

A menudo leo y escucho comentarios de personas que no pueden hacer que sus parejas se involucren en las tareas del orden en el hogar y esto puede ser muy frustrante, porque dependiendo del ritmo de vida que se lleve, mantener una casa ordenada puede implicar mucho tiempo y esfuerzo, y si el resto de miembros de la casa no se involucran, la persona a cargo se ve atrapada por el estrés y sí, de mal humor.

Este estrés y mal humor pueden afectar considerablemente la relación de una pareja, pues la persona que se lleva la mayor parte de la frustración suele volverse menos paciente y comprensiva, incluso llegando a la agresión pasiva. Esto, como consecuencia, nos lleva a más riñas y más peleas.

La importancia de dividir las tareas de orden en el hogar

La satisfacción de la relación es un determinante importante de la estabilidad de la relación y el bienestar de una pareja. Las parejas que están satisfechas con sus relaciones tienen más probabilidades de permanecer juntas y aunque existen muchos motivos por los cuales una persona puede sentirse satisfecha con su vida en pareja, la manera en que se dividen las tareas de orden en el hogar suelen ser un factor clave.

De acuerdo con una encuesta hecha por la Escuela de Negocios de Harvard en colaboración con la Universidad de Columbia a personas divorciadas recientemente, el 30% de los participantes respondió que los desacuerdos generados sobre la distribución de tareas domésticas eran la razón principal de las separaciones, esto solo después de la infidelidad y la separación.

Esto es lo que puede afectar el desorden en una relación y lo contrario puede beneficiarla. Otro estudio realizado en España, confirma que en las casas donde se esfuerzan por mantener la limpieza y el orden, las parejas suelen llevarse mejor e incluso aumentar su libido. Cuando la casa está limpia y ordenada, la relación de pareja mejora un 55%.

¿Cómo puede afectar tanto?

Si partimos del hecho de que no todos los seres humanos somos iguales, entonces tampoco tenemos los mismos hábitos y creencias. Esto, por lo general, suele reflejarse en el orden. En ocasiones una persona en la relación es más ordenada que la otra o bien, ambos son organizados y ordenados, pero no encuentran el tiempo para ponerse de acuerdo. 

Esto puede ser más frecuente en parejas en donde ambos trabajan. Y si sumamos a los niños, es probable que una persona termine haciéndose cargo de más tareas que la otra. 

Pero el desorden en pareja no solo tiene que ver con las creencias y la distribución de las tareas, sino también con la comunicación. Es muy importante poder comunicar a la otra persona cómo nos sentimos y, sobre todo, comunicarlo sin discutir.

Establecer acuerdos es muy importante para que una comunicación en pareja se dé y tenga resultados. ¿Cuántas veces te ha pasado que pides a tu pareja que te ayude a hacer algo y al ver que no lo hace, en lugar de decírselo terminas haciéndolo tú? Cuando no decimos las cosas, éstas fácilmente se van guardando y acumulando hasta que perdemos la paciencia y terminamos en una discusión porque la toalla del baño no estaba en su sitio.

¿Cómo podemos mejorarlo?

Si bien hemos visto que la satisfacción en pareja tiene muchos motivos, es verdad que mantener una casa limpia y ordenada puede ayudar a que la convivencia sea más armónica. Si eres la persona que más tareas realiza te recomiendo los siguiente:

Una comunicación ordenada. Lo mejor es sentarse a hablar y decir cómo nos sentimos, qué esperamos de la otra persona y cómo nos sentiríamos mejor.

Crear un plan juntos. Ambos podéis elegir las tareas que os gustan o preferís realizar y asignarles horas, días y frecuencia. Este plan puede ser compartido en el ordenador, imprimirlo y ponerlo en un lugar visible, como una lista de notas o recordatorios en el móvil, como mejor convenga a ambos. Cada vez que se realiza una tarea se marca como hecha. Pasado un tiempo podéis rotar las tareas para que no se vuelva tan aburrido.

Si ambos trabajáis considerar vuestras agendas y actividades laborales. Si uno trabaja y el otro se hace cargo de las tareas del hogar, tratad de encontrar un punto medio o una rutina en la que quizá el que trabaja fuera de casa realice pequeñas tareas rutinarias como recoger su ropa, lavar sus propios platos, ordenar su espacio de trabajo, doblar su ropa, que, aunque parezcan pequeñas, realmente aporten algún nivel de ayuda.

No culpar ni dramatizar. Es muy normal que si algo no se hizo o no se hizo como debería echemos la culpa y reprochemos al otro; en lugar de eso te recomiendo hablar y buscar una solución. Ok, no se hizo, cómo podemos hacer que la tarea quede hecha y en menos tiempo. Y también es muy normal que el que trabaja de más en las tareas de orden se flagele y ponga en el plan de víctima. Esto no resuelve nada, si estás molestx sólo dilo; si tuviste que hacerte cargo de la tarea, también dilo y pide al otro que la próxima vez se haga cargo.

Busca ayuda. Muchas veces el desorden no es sólo un sinónimo de pereza o de falta de tiempo, el desorden puede ser consecuencia de algo que no va bien en la vida de la persona desordenada. Es importante darse el tiempo de ver si la otra persona se siente bien, si le hace falta algo, o si hay algo mental o emocional que pueda estar bloqueando la voluntad de ayudar y ser más ordenadx.

No pierdas la calma. Puede ser complicado, puede que ya lo hayas intentado todo, pero siempre recuerda que esa persona es la persona que amas y que vale mucho más la pena que un zapato tirado en el salón o una chaqueta fuera de lugar.

Con paciencia y buena disposición se puede llegar a un buen plan que os beneficie a ambos.

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