“Tengo que, no me da tiempo, no llego a todo…”
Es posible que te digas esto a menudo pero, ¿realmente no tienes tiempo para hacer todo o simplemente te estás exigiendo demasiado?
La respuesta no es fácil, ya que hay muchos factores que pueden afectar nuestra capacidad para hacer las cosas y resolver tareas. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la autoexigencia puede ser perjudicial para nuestra salud mental y emocional.
Cuando nos exigimos demasiado, podemos experimentar sentimientos de estrés, ansiedad y frustración.
La autoexigencia puede ser positiva en cierta medida, ya que puede motivarnos a hacer nuestro mejor esfuerzo y a lograr nuestras metas. Sin embargo, cuando se convierte en una obsesión y no nos permitimos el error, puede afectar a nuestra salud y bienestar.
Una forma de saber si te estás exigiendo demasiado es prestar atención a cómo te sientes. Si estás constantemente estresadx, ansiosx o frustradx, es posible que te estés exigiendo demasiado.

¿Cómo se puede cambiar esto?
- Acepta que la perfección no existe: Muchas veces nos auto exigimos demasiado porque queremos que todo salga perfecto. Sin embargo, es importante aceptar que la perfección no existe y que los errores y fracasos son parte de nuestro proceso de aprendizaje.
- Aprende a decir “no”: A veces nos auto exigimos demasiado porque no sabemos decir “no” cuando se nos pide algo. Aprender a establecer límites y a decir “no” cuando sea necesario es clave para reducir la carga de trabajo y el estrés.
- Establece objetivos realistas: Es importante establecer metas y objetivos, pero estos deben ser realistas y alcanzables. No te fijes metas imposibles de lograr, esto solo aumentará tu nivel de autoexigencia y en consecuencia de frustración si no cumplimos los objetivos.
- Practica la autocompasión: Trata de ser compasivo contigo mismo/a cuando te enfrentes a un error o fracaso. En lugar de culparte y ser duro contigo mismo/a, trata de ser amable.
- Toma descansos regulares: Programa tiempo en tu agenda para hacer actividades que te gusten, como leer un libro, ver una película o dar un paseo por la naturaleza. Te ayudará a recargar energías.
- Prioriza tus tareas: Aprende a priorizar tus tareas y enfocarte en las más importantes. Trata de hacer lo más importante primero y deja lo menos importante para después.
- Busca ayuda: Si te sientes que no puedes manejar la carga de tareas y trabajo por tu cuenta, busca ayuda de amigxs, familiares o profesionales capacitados para ello.
Recuerda que dejar de ser autoexigente es un proceso gradual y que requiere tiempo y práctica.
La autoexigencia puede empujarnos a superar nuestros límites y alcanzar logros extraordinarios siempre y cuando lo hagamos desde el amor y respeto por nosotros mismos