Como padres, una de las prioridades al momento de educar a nuestros hijos es que estos crezcan lo suficientemente fuertes y sanos, tanto mental como físicamente, para convertirse en adultos independientes y autónomos, capaces de resolver adversidades y enfrentarse a la vida con actitud positiva, buscando siempre el camino correcto hacia la felicidad.

Para que esto suceda, su infancia ha de ser igualmente feliz y equilibrada, rodeada de grandes dosis de paciencia, toneladas de afecto y una mirada sabia, que intuye necesidades y que sabe cuándo es el momento perfecto de apretar o de aflojar ciertas piezas, así como de soltar la cuerda.

Por lo tanto, si queremos que nuestros hijos sean individuos equilibrados y saludables, tenemos que despertar y volver a lo básico. ¡Aún estamos a tiempo!

Al cabo de algunas semanas de haber implementado las siguientes recomendaciones empezarás a notar los cambios, sólo recuerda que debes hacerlo a tu ritmo y al de tu familia, ya que cada familia es diferente y necesitará reforzar algunos aspectos más que otros.

  • Establece límites y recuerda que tú eres el capitán/a del barco. Tus hijos se sentirán más seguros al saber que tienes el control del timón.
  • Involucra a tus hijos en alguna tarea o quehacer del hogar, de acuerdo, a su edad; doblar la ropa, ordenar los juguetes, colgar la ropa, guardar la compra, poner la mesa, dar de comer al perro etc.
  • Ofrece a los niños un estilo de vida equilibrado lleno de lo que los niños NECESITAN, no sólo de lo que QUIEREN. No tengas miedo de decir “no” a tus hijos si lo que quieren no es lo que necesitan.
  • Proporciona alimentos nutritivos y limita la comida basura.
  • Implementa una rutina de sueño consistente para asegurar que tus hij@s duerman lo suficiente, sobre todo en las temporadas de actividad escolar.
  • Pasa por lo menos una hora al día al aire libre haciendo actividades como: ciclismo, paseos, pesca, patinar, etc.
  • Ofrécele la confianza hacia ti como padre/madre, que te cuente sus problemas, miedos y frustraciones, así como sus alegrías y logros. Muéstrate abiert@ a escuchar.
  • Corrige cuando sea necesario, pero al mismo tiempo guía y aconseja, ayuda a tu hijo a descubrir en dónde estuvo el fallo y por qué no debe volver a hacerlo.
  • No dejes de animarl@ y de reconocer su esfuerzo porque es parte de su felicidad y seguridad.
  • Disfruta de una cena familiar diaria sin tecnología que os distraiga.
  • Jugar a juegos de mesa u otros en familia o si los niños son muy pequeños para juegos de mesa, déjate llevar por sus intereses y permite que sean ellos quienes dirijan en el juego.mama leyendo
  • No los protejas en exceso contra toda frustración o toda equivocación. Equivocarse les ayudará a desarrollar resiliencia y aprenderán a superar los desafíos de la vida.
  • No lleves la mochila de tus hijos, no les hagas les lleves las cosas que se olvidaron, no les peles los plátanos ni les peles las naranjas si lo pueden hacer por sí solos (4-5 años). En vez de darles el pez, enséñeles a pescar.
  • No uses la tecnología como una cura para el aburrimiento, ni lo ofrezcas al primer segundo de inactividad.
  • Evita el uso de la tecnología durante las comidas, en automóviles, restaurantes, centros comerciales. Utiliza estos momentos como oportunidades para socializar entrenando así a los cerebros a saber funcionar cuando estén en modo: “aburrimiento”.
  • Apaga los teléfonos por la noche cuando los niños tengan que ir a la cama para evitar las distracciones.
  • Conviértete en un regulador o entrenador emocional de sus hijos. Enséñales a reconocer y a gestionar sus propias emociones.
  • Enséñales a saludar, a esperar turnos, a compartir sin quedarse sin nada, a decir gracias y por favor, a reconocer el error y disculparse (no los obligues), sé un modelo de todos esos valores que inculcas.
  • Conéctate emocionalmente – sonríe, abraza, besa, cosquillea, lee, baila, salta, juega o gatea con ellos.
  • Predica con el ejemplo. Tus hijos reaccionarán mejor a las cosas si ve que tú también las haces, como dejar el móvil para hablar con ellos, dejar un sitio ordenado después de usarlo, reaccionar de manera inteligente ante ciertas situaciones.

No olvides que cada niño es distinto y nadie mejor que un padre/madre sabe hasta dónde es capaz de llegar, por lo que lo más importante es educar con disciplina positiva y con amor, y no forzarle a ser alguien que no puede ser, sino a ayudarle a descubrir su propio camino, siempre de tu mano.