Es una realidad que los teléfonos inteligentes, así como la tecnología han llegado no solo para quedarse sino para hacernos la vida más fácil, sin embargo, también es cierto que todo gran poder trae consigo una gran responsabilidad y, aunque el móvil nos mantiene comunicados, nos saca de apuros, nos ayuda a encontrar la mejor ruta, a llevar un record de nuestras actividades y nos mantiene informados; también puede ser un arma de doble filo y convertirse en una relación tóxica de dependencia.
El uso no controlado de los teléfonos inteligentes puede influir de manera considerable en nuestro comportamiento y en la manera en la que nos relacionamos con el resto de las personas y con nuestro ambiente, sobre todo si el uso es excesivo, lo cual empieza a ser ya un gran problema, principalmente entre los jóvenes y niños.
Algunos psicólogos consideran que usar el móvil en forma desmedida “no solo vuelve adictas a las personas, sino también nos impide mantener la atención continua en una cosa, con poca memoria y baja creatividad”.
De acuerdo con un estudio realizado por Pew Research, la mayoría de los adultos que tienen un smartphone expresó no poder vivir sin él, mientras que un sondeo de la firma de consultoría Deloitte reveló que los chicos entre 18 y 24 años revisan sus teléfonos más de 80 veces al día. Hay quienes incluso afirman no poder llevar a cabo una vida normal si no cuentan con un móvil a mano, es decir que no podrían tener amigos, conocer gente, trabajar de manera normal o realizar las tareas escolares sin él.
Las cifras suenan alarmantes, sin embrago existe otra realidad: la tecnología y los smartphone no van a parar y tampoco vamos a poder eliminarlos de nuestra vida. La buena noticia es que sí podemos hacer algo para regular su uso, tal y como hemos hecho en el pasado con muchas otras tecnologías que en su momento fueron disruptivas, como la radio y la televisión.
Equilibrio entre tecnología y vida saludable
El uso del móvil no es malo si aprendemos a controlarlo y darle el valor que realmente merece, y la mejor manera de hacerlo es encontrar un equilibrio entre el uso excesivo de la tecnología y una vida saludable.
Al contar con tanta tecnología a la mano, se hace mucho más necesario establecer un orden para manejarla y aplicarla a nuestras vidas, ya que estableciendo un orden de uso podremos aprender y enseñar a nuestros hijos a ver a la tecnología y a su Smartphone como una herramienta para la vida y no como una extensión de ella.
Algunos consejos que puedes seguir son los siguientes:
- Limita el uso del móvil a tu familia cuando se sienten a la mesa a desayunar, comer o cenar.
- Establece horas un tiempo límite al día, así como horarios de uso que garanticen el espacio para el encuentro familiar y correctos hábitos saludables (alimentación, deberes, sueño, etc.).
- Evitar revisar el móvil durante una reunión, ya sea familiar o de negocios. Mantenlo fuera de la vista, en tu bolsillo, maletín o bolso y haz que tus hijos hagan lo mismo.
- Evita llevar el móvil a las reuniones con amigos o familia, si hay que llevarlo es mejor ponerlo en silencio y dejarlo en el bolsillo.
- Enseña a tus hijos a distraerse con otras cosas que no sea el móvil, muchas veces nosotros mismos somos quienes los incitamos a usarlo cuando vamos a algún restaurante o lugar público y no queremos que se aburran.
- No mirar el móvil hasta al menos una hora después de haber despertado. Es habitual que la primera actividad al despertar sea ver el móvil para revisar la hora, ver los mensajes pendientes etc. Al hacer esto no nos permitimos iniciar el día correctamente, pues antes de iniciar tu rutina ya estás pensando en lo que viste, si hay trabajo que hacer si hay que contestar urgentemente y empiezas el día estresad@.
- Retira el móvil a tus hijos antes de ir a la cama, así evitarás que se queden mirándolo y pierdan horas que debieron haber usado para descansar.
- Olvidarse del móvil al menos una hora antes de irte a la cama. La luz azul que emiten las pantallas de los móviles ayuda a despertar el subconsciente, de modo que, si antes de ir a dormir miras el móvil y te quedas revisando tus redes sociales durante varios minutos, estás ayudando a que a tu cerebro le cueste más trabajo relajarse y por lo tanto tardará más tiempo en desconectar para dormir.
- Controla las notificaciones. Al tener activadas todas tus notificaciones en el móvil del correo, de Twitter, de Facebook, etc. estás expuest@ a las distracciones todo el tiempo. Activa solo las que sean importante para el momento en el que te encuentras, por ejemplo, si estás en el trabajo deja las que usas para tal fin; si estás en tu tiempo libre, deja activas las de redes sociales; si estás en el gimnasio desactiva el resto, y así. Siléncialo cuando estés con otras personas y pide a las personas que te llamen solo si es una emergencia.
- Mantén tu enfoque en la gente con la que estás. Si estás esperando un mensaje, si debes responder una llamada o buscar información, informa a la persona con la que te encuentras por adelantado y pregúntale si no le molesta la interrupción.
- Respeta el espacio de los demás. Cuando uses tu móvil en público, ten en cuenta a quienes te rodean, estés en el supermercado, caminando por la calle o en el bus al trabajo. Si envías mensajes de texto o hablas durante más de unos segundos, asegúrate de apartarte del camino y de no interrumpir el trabajo o la privacidad de otra persona.
- NUNCA uses el móvil cuando conduzcas. Está de más decirte el riesgo que supone revisar el móvil, cuando estás en el coche. Salvo las emergencias, todo puede esperar hasta que llegues a tu destino.
Por último, recuerda que, como cualquier rutina, la constancia y la disciplina son esenciales, por lo que es importante ser riguroso en el cumplimiento de lo que establezcamos como orden de utilidad o utilización. Pon el ejemplo, de nada servirá poner reglas si no eres tú quien empieza por cumplirlas.