Publicación original: Artículo 14
Hace unos días tuve la oportunidad de participar en un debate publicado en Artículo 14 con motivo de otro artículo titulado “Diez años del boom de Marie Kondo. ¿Somos más ordenados?”. Una década después del fenómeno mundial que transformó nuestra forma de organizar y vivir, la pregunta sigue siendo actual: ¿mantenemos esas enseñanzas o hemos vuelto al caos?
En el debate compartí espacio con Luciana Moretti, neuropsicóloga especializada en trauma y alto rendimiento mental. Fue una conversación muy enriquecedora porque vimos el tema desde dos miradas distintas: la flexibilidad y creatividad que pueden surgir del desorden, y la ligereza y bienestar que aporta el orden consciente.

De acuerdo con Luciana, «La tendencia a ordenar, aunque puede resultar cómoda a corto plazo, suele dificultar la adaptación a entornos cambiantes. En cambio, cuando nos habituamos a la imperfección, a la variabilidad y a la imprevisibilidad podemos aprender a encontrar soluciones creativas en un corto espacio de tiempo. Todo eso siempre y cuando no hablemos de excesos: el exceso de orden o de caos son problemáticos».

En mi intervención defiendo que organizar un espacio es, en realidad, organizar una parte de nosotros mismos. No se trata solo de colocar objetos en su lugar, sino de liberar energía, calmar la mente y fortalecer los vínculos humanos. Cuando el entorno refleja quiénes somos y lo que valoramos, se convierte en una fuente de paz y confianza.
Para mí, el orden no es un fin estético ni una imposición, sino un proceso personal que nos permite soltar, vivir con menos ruido y enfocarnos en lo que realmente importa.
«Los vínculos humanos también se fortalecen en un espacio ordenado. Es un espacio que acoge, que invita a compartir sin estrés ni tensiones. Favorece la comunicación, la cercanía y la convivencia. Tenemos más paciencia, más apertura y menos discusiones por lo cotidiano. El orden externo genera un clima que nutre los vínculos humanos».
👉 Te invito a leer el debate completo en Artículo 14: ¿El desorden estimula la creatividad?]
 
					