Hoy quiero hablaros de un tema que, en mi opinión, cada vez está afectando a mas personas: “las compras compulsivas”. Muchas de estas personas, por desgracia, terminan siendo clientes de un profesional del orden y la organización.
Es evidente que la sociedad de consumo nos educa y nos induce a consumir de manera automática y excesiva. Vivimos en la sociedad del “usar y tirar”.
El comprador compulsivo no es feliz si no gasta y no compra. y es precisamente en este ambiente y con esta manera de pensar y sentir que han aparecido nuevas patologías y alteraciones de la conducta y el comportamiento que afectan a determinadas personas, sobre todo en los países ricos y desarrollados debido al tipo de vida, la publicidad, los medios de comunicación y demás factores, mismas que han dado lugar a la sociedad de consumo, siendo culpables de estas nuevas tendencias y desviaciones en el comportamiento mental. Este trastorno es también conocido como “Oniomanía”.
¿Qué es la Oniomanía?
Se trata de un trastorno psicológico que se caracteriza por comprar de forma compulsiva cosas u objetos, casi siempre innecesarios. La oniomanía está considerada como una grave alteración en el estado de ánimo. Tiene un claro componente adictivo y se la clasifica dentro de las enfermedades “maniaco depresivas”, ya que tras el acto compulsivo de la compra, aparece la fase depresiva, provocada por el sentimiento de culpa que estas personas experimentan inmediatamente después de haber realizado las compras.
La oniomanía, la punta del iceberg
La compulsión es un hábito obsesivo muy difícil de controlar. Las personas que padecen este trastorno suelen padecer problemas de ansiedad, baja autoestima, impulsividad y perfeccionismo. Estos pueden venir derivados de un problema que ha ido aumentando con el paso del tiempo o de una experiencia traumática que les ha derivado en este patrón de comportamiento.
Si quisiéramos ver la parte positiva de esto, la oniomanía puede ser, para ciertas personas, la oportunidad para tomar conciencia de un problema más grave que subyace y que si no fuera por esta alteración, quizás nunca verían y no podrían ocuparse de resolver.
Repercusiones de este trastorno
En España hay más de medio millón de personas que se ven afectadas por este trastorno. El comprador/a compulsivo es capaz de gastar mucho más de lo que puede y tiene, por lo que estamos hablando de una condición más grave de lo que pueda parecer. Esto les genera graves repercusiones económicas en su entorno y en su psique, y como consecuencia de ello, a menudo tienen problemas en su entorno familiar y laboral.
¿Cómo manejar el problema?
Lo primero y más importante es tomar conciencia de lo que nos sucede. Este es el primer paso para poder encaminarse a cualquier tipo de solución posterior.
No existe tratamiento farmacológico eficaz, las opciones son tratamientos psicoterápicos como la terapia conductual, control de los impulsos, analizar los problemas que subyacen tras el trastorno y aplicar terapias de apoyo.
Para poder resolver el problema de forma definitiva, no podremos quedarnos en intentar hacer desaparecer los síntomas. Tendremos que incidir en el origen del problema que, como os comentaba, a menudo proviene de otros problemas subyacentes mucho más complejos y traumáticos pero siempre de carácter emocional.
Vivimos en la cultura de que “para ser hay que tener” y donde lo que se ve es más importante que lo que no se ve. Es una vida en parte limitada a los sentidos y, por ello, algo superficial. Si empezamos a mirar hacia dentro, donde lo material carece de importancia, quizá empecemos un camino de sanación capaz de acabar con cualquier tipo de alteración de la conducta, problemas de salud física e incluso mentales, derivados del estrés y otros problemas de origen emocionales.
Si quieres saber si puedes estar padeciendo este problema, te dejo un pequeño test que puedes realizar en un par de minutos:
- ¿Vas de compras sola para que nadie vea lo que compras o lo que gastas?
- ¿Sientes placer y te sientes realizada al efectuar muchas compras?
- Tras realizar tus compras, al llegar a casa, observas que lo que has comprado no te hace falta?
- ¿Tienes sentimientos de culpa o remordimientos después de estas compras innecesarias?
- ¿Escondes lo que compras o no reconoces haberlo comprado?
- ¿Tienes ansiedad si no puedes ir de compras o si te tienes que poner a analizar tus gastos?
- ¿Tienes problemas económicos por comprar en exceso?
Si de tus resultados obtienes una mayoría de “SÍ”, es momento de que empieces a mirar qué puede estar pasando.
Mientras tanto y por si el nivel del problema aún está en un nivel que puedas intentar manejar por ti mism@ te dejo unas pequeñas pautas que puedes empezar a aplicar desde ya:
- Cuando salgas de compras, lleva una lista escrita de las cosas que necesitas. Ajústate a esta lista y respétala.
- Siempre que te sea posible, ve acompañada a la compra. Te ayudará a controlar tus compras.
- Deja la tarjeta de crédito en casa cuando vayas a dar un paseo. Solo lleva algo de efectivo para una urgencia.
- Cuando vayas de compras, intenta pagar siempre en efectivo. Esto te ayudará a manejar mejor el control de tus gastos. Pagar con tarjeta de crédito, a veces nos hace tener la sensación de que no estamos gastando nuestro dinero.
- Intenta usar tu tiempo de ocio en estar en contacto con la naturaleza, visitas a amigas en sus casas o hacer alguna actividad lúdica que te aleje de los centros comerciales.
- Si realmente tu nivel de compulsión es preocupante, solicita la ayuda de un profesional.