Muchas veces estamos tan enfocados en cosas como el trabajo, la escuela, la familia o cualquier otra actividad que olvidamos mirar a nuestro alrededor y no nos damos cuenta de cómo de ordenados o desordenados están los espacios en los que vivimos.
No darnos cuenta de ello puede ser terrible, ya que la forma en la que se encuentra nuestro exterior refleja también nuestro estado interior.
Vivir en el desorden y no darse cuenta de ello es más común de lo que uno piensa, pues somos seres de hábitos. Esto quiere decir que la mayoría de las veces el desorden es una conducta aprendida. Si eres una persona desordenada, es fácil que te hayas acostumbrado a no percibir el desorden.
El problema de esto es que a largo plazo puede provocar problemas, ya que el desorden se extiende a todas las áreas de nuestra vida: la alimentación, el trabajo, los estudios, etc.
El desorden, reflejo de un problema emocional
Es posible que pasemos por alto el desorden y aceptemos vivir con él porque se nos hace curioso o lo vemos como algo que nos define como personas.
Sin embargo, esto puede llegar a ser mucho más que un simple hábito. Hay estudios que aseguran que el desorden físico puede ser señal de que algo va mal con la salud mental, reflejando algunos temores como el miedo al cambio, el temor a ser olvidado o a olvidar, miedo a la carencia; además refleja inestabilidad, miedo al futuro, falta de interés a la vida o incluso, depresión.
Tomando conciencia de la realidad
Llegar al punto en el que nos damos cuenta de que somos personas desordenadas no es fácil y muchas veces requiere de la ayuda de un profesional.
El primer paso para solucionarlo es, como siempre os digo, tomar conciencia. En el momento en el que somos conscientes de que algo no va por el camino que queremos es cuando empezamos a hacer algo por solucionarlo.
A veces, para quienes nos miran desde afuera puede ser muy obvio notar que somos personas desordenadas, pero para quien lo es, enfrentar la realidad no es tan sencillo como parece. Entonces, ¿cómo podemos darnos cuenta si somos personas desordenadas o si estamos convirtiéndonos en una?
16 señales para descubrir si eres una persona desordenada
- Te cuesta trabajo encontrar las cosas, desde las llaves del coche hasta el mando de la televisión.
- Llegas tarde a los compromisos; puede ser al trabajo, a recoger a los niños, a una cita con amigos, y es que antes de salir tienes que entrar y salir varias veces porque olvidaste algo.
- Has descuidado tu imagen personal, te da pereza arreglarte, te duchas con menos frecuencia, olvidas ponerte desodorante o ¡hasta beber agua!
- Comienzas a usar partes de tu casa para otro propósito que no era el original, como colgar la ropa en las sillas, usar la mesa del comedor para acumular papeles, los cajones para guardar cosas que ya no usas, etc.
- Dejas la cama sin hacer por varios días. Incluso te has olvidado de cambiar las sábanas y las fundas de las almohadas o el cobertor.
- Acumulas objetos, a veces sin darte cuenta. Desde las cuentas por pagar que llevan años en el cajón o en la mesa, hasta ropa y objetos que te regalaron y guardaste con la idea de que algún día podrían servirte, pero nunca los has usado.
- Evitas tener visitas en casa, en el fondo sabes que tu casa no está presentable y solo haces limpiezas de emergencia cada vez que alguien llama a la puerta.
- Realizas actividades en lugares que no están destinados para ellas, como comer en la cama en lugar de en el comedor, trabajar en el sillón en lugar de en el escritorio, ver la tele desde el suelo en lugar de sentarte en el sofá.
- Comes a destiempo, a veces olvidas desayunar o se te pasa la hora de la comida así que la juntas con la cena, por momentos no comes o en otros comes de más.
- Constantemente tiras la comida porque se ha echado a perder, pues simplemente te olvidaste de que estaba ahí.
- Olvidas pagar las facturas a tiempo; te cortan la luz, el casero te llama desesperado, te han llegado intereses de la tarjeta de crédito, y a veces es porque no encuentras las facturas o las tenías y las perdiste.
- Tu coche es una extensión de tu armario, no puedes llevar a nadie en el asiento trasero porque está lleno de ropa, bolsas, la chaqueta que no encontrabas sigue ahí, hay papeles del trabajo y hasta el suéter del perro.
- No tienes suficiente ropa limpia, olvidaste lavar y todo está en el cesto de la ropa sucia o dentro de la lavadora desde hace semanas.
- Olvidas tirar la basura y no lo recuerdas hasta que un olor extraño te llama la atención o la basura comienza a invadir vida.
- Dejas las cosas a medias, desde una película porque te quedaste dormid@, hasta las idas al gimnasio, las clases de cocina o el libro que empezaste a leer.
- Duermes de más o de menos, pues no tienes una rutina saludable de sueño.
Si marcaste sí a más de tres de estas opciones es muy probable que tu vida esté bastante desequilibrada en algunos o muchos aspectos, que tengas la sensación de que es un caos, y que aquello que has pasado por alto justificándolo con pereza o falta de tiempo se esté convirtiendo en una bola de nieve. Quizá haya llegado el momento de pedir ayuda.
Mientras tanto hay algunas cosas que puedes hacer para ir resolviendo algunos de estos puntos sin que signifiquen un cambio que te desequilibre por completo.
Claves para poner remedio al desorden
- Coloca una pizarra con tus compromisos y fechas importantes justo donde puedas verla todos los días, de este modo no olvidarás pagar, llegar o entregar a tiempo.
- Poco a poco ve asignando lugares a las cosas, un lugar para las llaves, otro lugar para las facturas por pagar, cajones con distintos objetivos, etc…
- Tira las cosas que no son útiles o que nos has usado en mucho tiempo. Deshazte de los papeles viejos, de los cables; conforme vayas encontrando objetos, velos eliminando de tu vida, de todas formas ya los dabas por perdidos.
- Estableces horarios para cada actividad, intenta establecer horas para cada comida y para descansar, así como para trabajar y guarda siempre unos minutos del día para ordenar.
- Coloca etiquetas en las cajas, cajones y pequeños espacios para guardar para que te recuerdes de poner las cosas en su sitio.
- Haz ejercicio con regularidad, esto te ayudará a mantenerte motivado y eliminar estrés para concentrarte en otras áreas de tu vida.
- Realiza actividades que te hagan feliz, cuando tu estado de ánimo es adecuado te sientes con ganas de mejorar todo lo que está a tu alrededor.
Poco a poco ve haciendo pequeños cambios “un día de orden a la vez”, verás como al notar espacios libres y ambientes limpios, sentirás una especie de tranquilidad emocional que te ayudará en todos los aspectos de tu vida.