Cada familia es única, así como lo son cada uno de sus miembros. A pesar de que todos crecen dentro del mismo núcleo familiar bajo las mismas costumbres y las mismas reglas, no todos se comportan igual.

Esto seguramente lo has notado con tus hijos, a quienes, aunque les has dado la misma educación, se destacan y comportan de maneras diferentes.

Existen quienes aseguran que más que a la genética y a la educación que reciben, estas diferencias de personalidad se pueden atribuir al orden de nacimiento.

Francis Galton, sociólogo y psicólogo, primo de Darwin, fue el primero en establecer esta hipótesis en su famosa “Teoría del orden de nacimiento” (Birth Order Theory) en 1874, en donde hacía referencia al coeficiente intelectual de los hijos de acuerdo al orden de nacimiento.

Aldred W. Adler, fue todavía más allá, cuando en 1920 retomó esta teoría para asegurar que el orden no solo afecta en el coeficiente intelectual de los hijos, sino también en su personalidad.

relación entre orden de nacimiento y personalidad

¿De tal padre, tal hijo?

De acuerdo con Adler, no existen dos niños que tengan los mismos padres, aunque pertenezcan a la misma familia, ya que los padres son diferentes con cada uno de sus hijos.

Por ejemplo, los padres tienden a ser más estrictos con los hijos mayores, nacidos en primer lugar, quienes se ven forzados a responder con un mayor esfuerzo a los retos que se les imponen, asimismo cuentan con mayor supervisión y en algunas ocasiones, hasta sobreprotección.

El hijo que ha nacido en segundo lugar cuenta con menos exigencias y supervisión, por lo que carga con el complejo de no contar con la atención que se le ha dado al hijo mayor y siente la necesidad constante de competir por esa atención.

A los hijos que han nacido en tercer lugar, se les exige menos y se les da mayor independencia, pues los padres cuentan con más experiencia y menos tiempo, por lo que se les imprimen menos responsabilidades.

¿Te suena? Pues no es casualidad, este es un patrón que se repite en la mayoría de las familias y que ha dado pie a múltiples estudios de campo siempre con los mismos resultados: El orden de nacimiento tiene una gran influencia en la formación de la personalidad, los gustos e incluso las elecciones futuras de cada uno de tus hijos.

A esto habrá que agregar otros factores como los genes, los aspectos psicológicos propios y el entorno, que influyen también de forma notable.

Orden de nacimiento y personalidad

tres hermanos

Si bien es verdad que cada ser humano es único e irrepetible, también es verdad que existen ciertos rasgos que coinciden entre las familias y a los que Adler se refiere en su teoría.

De acuerdo con el psicólogo los niños tienden a presentar os siguientes rasgos de personalidad de acuerdo con el orden en el que fueron traídos al mundo.

Los primeros: Líderes

  • Los primogénitos tienden a ser más conformes y están orientados hacia el logro.
  • Suelen interesarse más en el poder y en el ejercicio de la autoridad.
  • Además de que tratan de ayudar y proteger a los demás.
  • Suele ser los que encarrilan más rápido su vida y elegir una profesión.
  • Suelen ser más inteligentes y ansiosos.
  • Con frecuencia tratan de recobrar la atención que perdieron de los padres con el nacimiento de los hermanos.
  • Son más conservadores y cautelosos.

Los segundos: El sandwich

  • El segundo hijo tratará de alcanzar en logros al primero.
  • Son ambiciosos y competitivos y pueden superar al primogénito.
  • No están tan interesados en el poder.
  • Suelen ser más dubitativos y tardar más tiempo en decidirse a hacer las cosas.
  • Son más sociables y pacificadores.
  • También son más dubitativos y rebeldes.
  • Les gusta llamar la atención.

Los terceros: Consentidos

  • Los últimos tienden a ser más sociables e independientes.
  • Viven consentidos y mimados.
  • Suelen ser los más bohemios e “irresponsable”.
  • Suelan ser los más débiles o vulnerables.
  • Pero también los más creativos e impulsivos.
  • Son más sensibles.

Los hijos únicos

  • Los hijos únicos disfrutan ser el centro de la atención.
  • Dada su convivencia con los adultos maduran más rápido y tienden adoptar conductas de adulto chiquito.
  • Al ser mimados, como el hermano menor, pueden ser dependientes y dictatoriales.
  • Suelen ser inteligentes, sociables.
  • Pero también pueden ser algo egoístas e individualistas.

¿Qué pasa con los gemelos?

  • Uno de ellos suele tomar el papel de hermano mayor.
  • Hay mayor cercanía entre ellos a diferencia de los hermanos que nacen en orden subsecuente.
  • Suelen ser más confiados.
  • Pero también se vuelven dependientes uno del otro.

Una vez más nos hemos dado cuenta de cómo el orden tiene un efecto fundamental en nuestras vidas, no solo el orden de los espacios, sino el orden de la vida misma.

Es verdad que todas las personas poseen su propio carácter, el cual se forma y expresa desde pequeño.

Sin embargo, no se nace ya dispuesto al éxito o al fracaso o ya responsable o inconsciente: hay muchas cosas que influyen en la formación del carácter de una persona, en su modo de ser y afrontar la vida desde su mismo nacimiento.

Una de estas cosas es el orden de nacimiento, aun cuando a primera vista pueda parecer extraño.

¿Tus hijos encajan en el perfil?