¿Te ha pasado que a veces, aunque hayas realizado tu rutina regular de orden, algunas cosas se ven fuera de lugar? Ya recogiste las habitaciones, has puesto orden en la cocina, en el salón, el baño está reluciente y los armarios muy organizados… entonces qué es eso que estorba a la vista.

El ruido visual es todo eso que estorba a la vista, es decir, todo aquello que destaca de manera negativa y que, cuando lo ves, no encaja con el resto del conjunto y acaba por saturarlo.

La mayoría de las veces, el ruido visual está relacionado con el desorden, pero también puede ser que todo esté muy ordenado y aun así se salga de contexto. Por ejemplo, es posible que hayas terminado de recoger toda la cocina, cada cosa está en su sitio, no hay cacharros sucios y las bayetas están puestas en su gancho en la pared, pero si ves todo a la distancia, las bayetas no quedan bien; empeoran el espacio, lo afean, y como están un poco manchadas están afectando al orden visual de la cocina. ¿Qué pasaría si las metieramos en un cajón?

Entonces, puede que tengas una casa ordenada y limpia, pero puede estar saturada y esa saturación genera ruido visual. Este ruido visual, a su vez, puede ser el causante de muchas sensaciones negativas en nuestro interior.

Observa las imágenes a continuación, podrás notar que ambas habitaciones están ordenadas, pero una de ellas está saturada de elementos, lo que provoca sensaciones como nerviosismo, ansiedad o estrés. Por el contrario, las habitaciones libres de objetos transmiten calma, paz y equilibrio.

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¿Qué genera ruido visual?

Realmente cualquier objeto en exceso puede generar ruido visual, pero hay algunos que podemos identificar como fijos, pues pueden generar esa pérdida de control, por ejemplo:

  • Los percheros, pueden llenarse fácilmente de ropa y quedarse así durante una larga temporada.
  • Las plantas, algunas son hermosas y estéticas, pero otras son una plaga.
  • Zapatos por toda la casa. Es muy fácil que la pereza nos haga dejarlos en donde caigan.
  • Trapos de cocina. Con el pretexto de que deben estar a la mano, pueden convertirse en parte de la decoración.
  • Revistas y papeles o facturas. Si no sirven mejor a la basura.
  • Cables, son como bichitos que se reproducen, de pronto no sabes de dónde salieron tantos.
  • Recipientes de gel de ducha, champú, detergentes… la familia suele dejarlos ahí tirados, aunque ya estén vacíos.
  • Cuadros, floreros y figurines, puede que el salón acabe pareciendo una tienda de cerámica.
  • Muchos colores. Tu casa no es una guardería ni el salón de Mickey Mouse, es un lugar en donde debes sentirte en armonía.

¿Cómo evitar el ruido visual?

Lo primero es identificar qué es eso que está haciendo que tus ojos rechinen cada vez que entras a tu casa o a una habitación, pero si no logras hacerlo y crees que todo lo que tienes en casa está muy bien porque está ordenado, sigue estos consejos.

  1. Deshazte de todo lo que no cumpla un propósito, esa monita rusa que te trajeron de recuerdo de un viaje a Rusia, no habla de ti, no cumple ningún propósito y si lo dejas ir, no lo echarás de menos.
  2. Si algo entra, algo sale, pero mejor si no entra. Evita comprar objetos innecesarios, cosas que no usas y que guardas solo por compromiso.
  3. No reacomodes, elimina. Ese cojín de colores que no queda bien en el sofá, tampoco quedará sobre la cama. No te engañes reubicando objetos, con eso solo trasladas el ruido visual a otro lado.
  4. Mezcla y decora con coherencia y equilibrio. Trata de que los objetos que estén en tu casa tangan una misma temática, así como colores que se complementen y no que salten a la vista. Si tienes muchos objetos, mejor que tengas paredes con colores claros y lisos; si eliges colores fuertes en las paredes, trata de que los objetos sean menos y más ligeros.
  5. La regla básica de menos es más, vale para todo. Menos muebles, menos adornos, menos ropa, menos floreros… te ayudarán a crear espacios más claros y libres por donde fluya la energía.

Ahora que ya sabes qué es el ruido visual y cómo identificarlo, no esperes más y despeja tu casa; tus ojos y tu corazón te lo agradecerán cada día.