“Dejar ir” se dice tan fácil… pero soltar, deshacernos de las cosas o los sentimientos, desprenderse, no siempre es tan sencillo como quisiéramos; somos seres de memorias y recuerdos y estamos acostumbrados a aferrarnos a aquello que en algún momento nos hizo sentir bien.

Lamentablemente no todos esos sentimientos siempre son positivos y, aunque en el pasado nos regalaron buenos momentos, puede que muchos de esos objetos o personas no son lo que mejor nos hacen sentir en el presente.

Paradójicamente los seres humanos nacemos necesitando, dependemos de una madre para sobrevivir; somos entes de relaciones por lo que durante nuestra vida necesitamos de otras personas para garantizar nuestra salud física y emocional. Asímismo hemos creado cierta necesidad por los objetos y la tecnología, por ejemplo.

Sin embargo, el apego se vuelve negativo cuando esta necesidad se transforma en dependencia y ansiedad, cuando sentimos que al perder algo o a alguien nos quedamos indefensos y no podemos enfrentar las situaciones que la vida nos presenta. Es por esto por lo que practicar el desapego se convierte en una clave para alcanzar la felicidad.

imagen de una mujer abrazándose en posts sobre practicar el desapego

Desapegarse significa ser libres… dejar de depender, de necesitar y dejar de vivir con miedo. Desapegarse significa dejar ir todo aquello que no nos deja avanzar para dar espacio a que nuevas cosas lleguen a nuestra vida.



¿Cómo practicar el desapego?

Practicar el desapego es el primer paso para liberarnos de los excesos que nos amarran, esto nos ayudará a apreciar e involucrarnos en las cosas de una manera más saludable y equilibrada, para ello te invito a revisar estos 5 puntos clave que te ayudarán a dar el primer paso hacia una vida sin cadenas.

  1. Toma conciencia del desapego. El primer paso siempre es ACEPTAR que debemos y queremos desapegarnos de alguien o de algo. No confundas aceptar con resignación ni conformismo; tomar consciencia y aceptar es darte cuenta y es hacerte responsable de que ya no te hace falta ni tampoco te hace feliz. Al hacer esto darás el primer paso hacia el cambio.



     
  2. Aprende a ser responsable de ti mismo. La responsabilidad es un principio fundamental del desapego. Nosotros somos responsables de nuestra existencia, lo que no hagamos nosotros por nuestra persona, nadie más lo hará, de modo que evita depositar en otros tu felicidad. La felicidad no depende de una pareja o de un trabajo, tampoco de un vestido nuevo. Cultiva tu propio bienestar, no dejes nunca que tu bienestar, dependa de opiniones o consejos ajenos. La única persona que debe cumplir tus expectativas eres tú mism@. 
  3. Aprende a dar y no a recibir. Dar es un gran ejercicio para practicar el desapego, pocas cosas hay tan satisfactorias como compartir lo que uno tiene; cuando encuentras la felicidad en dar con amor y generosidad, perderás el miedo a que eso que das tal vez no regrese. Con esta actitud estás generando, además, un flujo de energía positiva trayendo a tu vida todo lo bueno que has dado.
  4. Vive el presente. Tendemos a cargar durante años aquellas cosas que en el pasado nos hicieron sentir mal, generando un trauma o bien, tendemos a aferrarnos a aquello que nos hizo sentir muy bien y que ya no tenemos, generando frustraciones. Estos apegos llegan a ser tan fuertes, que únicamente provocan que nos olvidemos de lo más importante: vivir el presente. Vivir de recuerdos nos puede hacer perder la perspectiva y el foco en lo que realmente importa. Recuerda que el presente es lo único que de verdad puedes alterar, el presente es tu oportunidad de encaminar las cosas hacia un brillante futuro. 
  5. Asume las pérdidas. Como dice el dicho “nada es para siempre” y eso es con lo que tenemos que lidiar todos los días, pues todo en la vida es temporal. La buena noticia es que esto funciona para bien y para mal: las cosas buenas van y vienen, no debemos darlas por hecho y es mejor que las disfrutemos al máximo cuando se presenten. Las cosas malas, no debemos dejar que se apoderen de nosotros, pues al igual que las buenas, tarde o temprano se irán. Asumir las pérdidas nos librará del miedo y nos empujará a una vida llena de sorpresas.

Finalmente y resumiendo, recuerda que practicar el desapego no se trata de llegar a casa y tirar todo por la ventana, o quedarte sol@ para no depender de nadie. Se trata de liberarte de todo aquello que no le hace bien a tu vida y reforzar aquello que te hace sentir más libre y más liger@; significa sacar la basura de los cajones y llenarlos de energía positiva.